Crónica del concierto de Eutanasia del 16 de diciembre (inicio oficial del retorno)


Pepe (el bajista José Luis Matta) me dijo que tocarían a eso de la una de la mañana, así que llegué poco después de medianoche, confieso que sin muchas ganas porque uno de esos «muebles» chinos, que vienen en caja y para armar, se convirtió en mi tortura china las horas previas, mas todo cambio cuando desde la esquina de Colmena con Carabaya, la vista del exterior de «Etnias», percibí una imagen que – me di cuenta – ya había olvidado, era como… como si alguien hubiese dejado abierta la puerta de un museo punkeke: polos negros, chaquetas de cuero con aplicaciones de metal encima, cadenas y esas ganas reflejadas en las caras que hacía mucho no veía… sólo que muchos de los que así vestían y se veían esta vez tenían guatas, visibles canas y varios años más encima… de verdad, fue como un flashback que me transportó a la puerta de la Helden, una escena en retrospectiva que por unos minutos me provocó nostalgia, aunque ésta se diluyó rápidamente porque esta vez estaba en la Lima del siglo XXI, muchos años después de las tocadas, los discos y los pogos de mis años universitarios.
Hoy mis oídos prefieren los sonidos más definidos, mis ganas me llevan hacia letras más procesadas, mi olfato exige aire menos enrarecido, mis ojos buscan espacios mejor puestos, mi paladar se acostumbró a sabores más elaborados, mi hígado se resiste a procesar cerveza que viene en jarras, aún bailo rock pero también reguetón o lo que se me cruce en una pista… me hice más ligth, más a los tiempos actuales, y atrás quedaron esos sonidos distorsionados, las groseras letras potentes que decían lo que sentíamos los que crecimos en dictadura, rodeados de milicos gorilas, y arribamos a la democracia y pasamos nuestros últimos años de adolescencia y primeros de mayoría de edad en medio de coches bomba, apagones, inflación, colas para comprar leche, pan y todo lo que por entonces escaseaba, porque un viejo político de antaño se negó a ver lo que estaba sucediendo y desde las cavernas de sus recuerdos dijo, «son sólo abigeos» y el que siguió poco más grande que nosotros hizo mierda al país porque su ego creció más que su raciocinio.
Anoche, para mí, sucedió algo de verdad importante: fue como si mi puzzle personal hubiese completado sus fichas, mi generación dejó que el país se vaya a la mierda… eso pasó, los que fuimos jóvenes en los 80 nos corrimos, muchos fugaron fuera del país, otros nos adecentamos, otros cedieron a la corrupción, otros jugaron en pareja con todo lo que vino después, la violencia que mató y desapareció a miles de personas como nosotros, la dictadura de los pragmáticos y modernos tecnócratas neoliberales que nos metieron en esta burrada de modelo de supuesto crecimiento que nos hizo más, digamos que occidentales, pero que le saca la mierda al hecho de crecer y ser mejores personas. ¿Como mierda sucedió todo eso?, ¿por qué carajo dejamos que pase todo lo que le hicieron vivir a nuestro Perú los últimos 30 años?


EUTANASIA volvió a sonar anoche, así como Narcosis, Zcuela Crrada, Leuzemia, Autopsia y Guerrilla Urbana lo hicieron a inicios de los 80, sólo que ellos llegaron casi cinco años después y fueron más radicales… anoche volvieron a decirnos que “Esto no es hueveo del montón, esto es subversión”, y sí pues, a nuestra generación, la generación coche bomba, nos queda reivindicarnos con la historia de nuestro Perú, porque las cosas no se hicieron como debieron, y a nosotros nos toca hacer algo para ayudar a remediarlo, porque a los que nos dicen cómo debemos vivir y cómo debe ser nuestro futuro y el de los que heredarán nuestro futuro «siempre se les ve en la tele, con sus caras muy sonrientes, y creo que son maricones insolentes… cabrones con careta muy complaciente…”, nada ha cambiado, los de siempre sólo mutaron, cambiaron de nombres, caretas y apellidos y siguen pensando que “la vida de los demás cuán inútil es”.
Ya pues, el reto está ahí tirado, sólo queda tomarlo y actuar, para que los pendejos de siempre dejen de cagar este Perú nuestro que es de todos, y no del grupete de vivos que se lo levantan en peso.

Jorge Gallegos

http://www.myspace.com/eutanasiapunkrock

Nota: aquello de “maricones insolentes” viene de la parte de la letra de «Dónde está el presidente», donde se refiere tal vez a Alan García. El zine rechaza totalmente los insultos sexistas y sostiene que el ánimo del autor colaborador no fue tal.

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